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ANTONIA

ANTONIA

TEXTO DE LOS ARTISTAS

Antonia Fernandez

(ama de casa)

+

Nazareth Giraldi 

y Virginia Dilda ( grupo de intervenciones mínimas 

Orilla Amarila)

+

Agustin Falco (videasta)

La casa que buscamos. La que tenemos.

La casa de los deseos.

Casas que callan y esconden secretos.

Casas de barro que se lleva el río y un río de papel plateado al costado de una casa.

Una casa para llevar, una casa para echar raíces, una casa para amar.

Una casa que va a desaparecer. Otra que ya no está.

Un camino de flores para la casa de la alegría.

Una casa vacía.

Una casa con gatos, perros, nietos a un lado de la vía.

Una casa llena de mensajes y un mensaje hecho casa.

 

Apilar ladrillos. Armar paredes de fragmentos. Reciclar. Decidir un color. Construir una casa puede ser una ritual, habitarla una decisión.

Durante el 2015 Antonia, Agustín, Nazaret y Virginia reunidos por DEATRES construyeron casas ideales que tomaron forma en charlas entre mates calientes y relatos de vida en algunos rincones del Barrio Sargento Cabral, y habitaron un espacio sin lugar físico, el del encuentro.

 

Nazaret y Virginia, conforman un dúo de intervenciones urbanas -en la orilla amarilla- que interfiere en la complejidad de la ciudad con relatos visuales mínimos. Agustín es realizador audiovisual, mira y cuenta el mundo con el ojo de la cámara. Antonia, ama de casa, madre, abuela, hermana, sostén de familia, inventa casas soñadas de material reciclado en la intimidad de su hogar.

 

Deatres nos enfrentó al desafío de pensar y construir sentido con el otro, a través de una experiencia estética. El acuerdo implícito, fue significar desde la producción compartida pero íntima, en el silencio de lo que apenas se deja ver, contándole un secreto a la calle.

La propuesta implicó en primera instancia vincularnos sin perder la identidad de lo que cada uno venía realizando: la calle como espacio de acción, el relato audiovisual, y las casas de Antonia.

Los meses del invierno trajeron las primeras reuniones, entre muchas charlas se enredaron los relatos y el arte tejió con la vida nudos complejos. Y así surgieron estas muchas casas hechas de palabras, imaginadas de manera muy diversa por cada uno de nosotros entre una sensación de que “esto no va para ningún lado” y otra que presentía que en este tejido había algo. Ese algo tomo forma en tres intervenciones/acciones:

la casa del cruce, en las vías del tren que pasa al costado de la casa de Antonia; la casa de los deseos, debajo de un árbol con frutos dorados; la tercera y última a la orilla del río, dedicada a Antonia para que el agua se lleve, sane, traiga y renueve.

 

(estar, hacer, desear, reciclar, renacer)...así con los primeros calorcitos le contamos a la calle un secreto compartido por los que un día nos reunimos con Antonia en torno a mundo, su producción, su cotidianeidad, su vida.

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